sábado, 30 de marzo de 2013

Los malas y su regalo.


     Los malas es un concepto en sánscrito que se refiere a los velos o mantos que ocultan nuestra verdadera naturaleza. Son como una capa de polvo que se va acumulando en nuestro corazón y nos impide ver lo que verdaderamente somos, ocultando nuestro brillo, nuestra claridad y nos desalinea.
Son 3 diferentes:
Anava mala: es el sentimiento de no ser suficientemente bueno, de estar incompleto, de no sentirte valioso. De no reconocer de donde vienes y tus características.
Maia mala: crea la percepción de separación y diferencia, la falta de conexión con la unidad, lo que te lleva al conflicto, la ira, el odio. Es estar demasiado afuera, dar el poder al mundo exterior para tu poder ser feliz (si tuviera esto, si fuera aquello, si estuviera en… sería feliz)
Karma mala: es el sentimiento de impotencia de no ser capaz de cumplir las tareas y las acciones. Crea la ansiedad y el miedo de por no tener los recursos ni habilidades.

     Por el simple hecho de estar vivos estos malas se van a presentar, el polvo se acumula en nuestro corazón, pero más que un problema los malas son un regalo de Dios porque cada vez que olvidamos nuestra grandeza es una oportunidad de volver a recordarla. Porque es a partir del olvido  que podemos reencontrar, reconocer y darle valor a lo que somos.

      Pero ahí esta el tema.. cuantas veces realmente hacemos el esfuerzo por limpiar ese polvo que se va asentando en nuestro corazón, cuantas veces estamos consciente de él. Así como nos preocupamos por nuestra limpieza externa nos deberíamos de ocupar por nuestra limpieza interna.

    La invitación es recordar, volver a la conexión con la Fuente de la cuál venimos, la cual es abundancia, la cual es perfección, la cual opera de una forma impecable.
Wayne Dyer dice “porque si mientras estuvimos en el vientre de nuestra madre por 9 meses, en los cuales se nos dio todo lo que necesitábamos, no nos preocupamos por que se desarrollaran nuestros órganos, ni por qué color de piel, ojos, pelo íbamos a tener… todo se nos dio de un modo perfecto. ¿por qué creemos que después de que nacemos nos separamos de esa inteligencia divina y que tenemos que luchar por todo lo que queremos y sentimos la ansiedad, el miedo, entramos en un mundo de competencia porque pensamos que no nos va ajustar, que no nos van a querer… que no hay suficiente para nosotros.

     La invitación del yoga es a dar un paso hacia delante, un paso para recordar de donde venimos, recordar la fuente y sus características y darnos cuenta que si venimos de esa fuente tenemos esas mismas características. Nuestra esencia es divina y nuestro trabajo es dejar que la luz de nuestro interior brille con toda intensidad.

   Suelta la tensión, libérate de la prisión que nosotros mismos ponemos a través de ciertos pensamientos, libérate de los limites que sólo tú te pones.

     Brillemos con toda nuestra intensidad, cada uno de nosotros venimos a esta mundo con un propósito especifico… con un don y talento único.. que nadie más tiene… compártelo, regálaselo al mundo… porque si no lo haces, se pierde, porque nadie mas lo tiene como tú lo tienes.
La mejor forma de ayudar a este mundo es dejar que tu luz brille con toda su intensidad y se la regales desde el corazón al mundo entero.

Que tu camino se ilumine con la sabiduría Divina. 
Gaby

viernes, 8 de marzo de 2013

Date permiso de brillar...


      En este juego de la conciencia… donde a veces se oculta y a veces se revela… son en eso momentos donde “te cae el veinte”, donde quitas una capa más de los bloqueos que te alejan de tu esencia, que son los regalos más grandes que puedas recibir.
      Mientras te mantengas con tu intención más elevada, conectado a lo que realmente quieres, el camino del despertar se estará mostrando a cada paso.  Sólo mantén tu corazón abierto.
      Que bendición es hacer lo que hago, porque en este camino donde muchas almas hermosas me acompañan, crecemos juntos, despertamos juntos y disfrutamos juntos.
       Un súper veinte me cayó en un taller que di con dos almas hermosas… trabajando con la Humildad y soltando todo lo que nos aleja de ella, porque es ella la que nos conduce directo a nuestro corazón.
    Había preparado mis clases de todo el taller y el tema del último día era “Celebrando tu empoderamiento a través de la Humidad” Había planeado una clase de mucho poder interno, trabajo con el Chakra de poder personal, Manipura Chakra… balances de brazos, trabajo abdominal… en fin… mucho esfuerzo!!!! Pero la noche anterior, en una meditación donde conectábamos con nuestra diferentes voces… entre ella la del controlador…. Me di cuenta que tan presente estaba el “controlador” para sentirme empoderada. Esa máscara, ese ego, que nos hace sentir que no somos suficientemente buenos y tiene que “hacerse cargo de todo” para que tengamos éxito/plenitud. Para que logremos nuestras metas y objetivos. Porque a partir de ahí es que el ego nos define.
     Me di cuenta lo relacionado que tengo el éxito/plenitud a trabajo duro y esfuerzo. ¿Dónde estaba entonces lo que enseño?... ¿cómo lo estoy aplicando a mi vida?... ¿por qué sigue tan arraigado?....
Pidiendo ayuda, en ese momento tome el libro de Marianne Williamson… al azar abrí el libro y esto fue lo que resaltó a mi vista:
No pidas un carrera brillante, pide que se te enseñe el brillo de tu interior. El reconocimiento libera nuestro luz y la deja expresarse.
En vez de expandir la capacidad de conseguir algo más, expandamos nuestra capacidad de recibir lo que ya esta en nosotros.
Cuando abrimos nuestro corazón nuestros talentos y dones florece. Entrega esos dones al servicio de la sanación del mundo.
Ya eres esa persona poderosa en cualquier momento que decidas serlo. Todos tienen poder, ninguno tiene poder especial. Todos somos especiales. Nadie tiene más potencial que otro para irradiar la luz de la conciencia. El poder no es nuestro, es el espíritu que nos ilumina.
No esperes que el mundo te de permiso de brillar… brilla con toda tu intensidad.
    Estas palabras me inspiraron a dar un clase de lo que llamamos en Anusara “Energía Orgánica” donde desde tu centro expandes en todas direcciones, dejas que la luz de tu interior, brille con toda su intensidad… y lo más importante que no es desde el esfuerzo, sino desde el reconocimiento, agradecimiento y entrega.
El mejor regalo que puedes entregar al mundo es tu luz.