Los malas es un concepto en sánscrito que se refiere a los
velos o mantos que ocultan nuestra verdadera naturaleza. Son como una capa de
polvo que se va acumulando en nuestro corazón y nos impide ver lo que
verdaderamente somos, ocultando nuestro brillo, nuestra claridad y nos
desalinea.
Son 3 diferentes:
Anava mala: es el
sentimiento de no ser suficientemente bueno, de estar incompleto, de no
sentirte valioso. De no reconocer de donde vienes y tus características.
Maia mala: crea
la percepción de separación y diferencia, la falta de conexión con la unidad,
lo que te lleva al conflicto, la ira, el odio. Es estar demasiado afuera, dar
el poder al mundo exterior para tu poder ser feliz (si tuviera esto, si fuera
aquello, si estuviera en… sería feliz)
Karma mala: es el
sentimiento de impotencia de no ser capaz de cumplir las tareas y las acciones.
Crea la ansiedad y el miedo de por no tener los recursos ni habilidades.
Por el simple hecho de estar vivos estos malas se van a
presentar, el polvo se acumula en nuestro corazón, pero más que un problema los
malas son un regalo de Dios porque cada vez que olvidamos nuestra grandeza es
una oportunidad de volver a recordarla. Porque es a partir del olvido que
podemos reencontrar, reconocer y darle valor a lo que somos.
Pero ahí esta el tema.. cuantas veces realmente hacemos el
esfuerzo por limpiar ese polvo que se va asentando en nuestro corazón, cuantas
veces estamos consciente de él. Así como nos preocupamos por nuestra limpieza
externa nos deberíamos de ocupar por nuestra limpieza interna.
La invitación es recordar, volver a la conexión con la
Fuente de la cuál venimos, la cual es abundancia, la cual es perfección, la
cual opera de una forma impecable.
Wayne Dyer dice “porque si mientras estuvimos en el vientre
de nuestra madre por 9 meses, en los cuales se nos dio todo lo que
necesitábamos, no nos preocupamos por que se desarrollaran nuestros órganos, ni
por qué color de piel, ojos, pelo íbamos a tener… todo se nos dio de un modo
perfecto. ¿por qué creemos que después de que nacemos nos separamos de esa
inteligencia divina y que tenemos que luchar por todo lo que queremos y
sentimos la ansiedad, el miedo, entramos en un mundo de competencia porque
pensamos que no nos va ajustar, que no nos van a querer… que no hay suficiente
para nosotros.
La invitación del yoga es a dar un paso hacia delante, un
paso para recordar de donde venimos, recordar la fuente y sus características y
darnos cuenta que si venimos de esa fuente tenemos esas mismas características.
Nuestra esencia es divina y nuestro trabajo es dejar que la luz de nuestro
interior brille con toda intensidad.
Suelta la tensión, libérate de la prisión que nosotros
mismos ponemos a través de ciertos pensamientos, libérate de los limites que sólo tú te pones.
Brillemos con toda nuestra intensidad, cada uno de nosotros
venimos a esta mundo con un propósito especifico… con un don y talento único..
que nadie más tiene… compártelo, regálaselo al mundo… porque si no lo haces, se
pierde, porque nadie mas lo tiene como
tú lo tienes.
La mejor forma de ayudar a este mundo es dejar que tu luz
brille con toda su intensidad y se la regales desde el corazón al mundo entero.
Que tu camino se ilumine con la sabiduría Divina.
Gaby